Comenzando en “Prólogo”, que no es un prólogo sino un cuento, ya se va advirtiendo que este libro no pretende entretener ni agradar. Lo que busca es repeler intentando persuadir al lector a que no lo lea, pero a la vez lo cuestiona y le hace pensar sobre el contenido. El narrador lanza de forma indirecta y contradictoria el desafío de leer el libro, dando a conocer que al hacerlo el lector va a cuestionarse la cultura que consume día a día. En otros cuentos, también, se ve una crítica a la sociedad actual, que acepta un entretenimiento (en este caso, a la películas de Star Wars) que raya en lo absurdo e ilógico y es parte fundamental de nuestra cultura. El autor lo hace resaltando los horrores de la sociedad manifestados en las diferentes expresiones artísticas.
En el cuento que le da el nombre al libro, el lector ve de manera precisa cómo sucede la desfiguración social a través del mal uso del lenguaje. El narrador advierte a la sociedad que, sobre todo desde el surgimiento de las redes sociales, ésta ha ido dejando de lado la importancia de escribir correctamente para darle prioridad a usos populares e incorrectos. Pero lo que se va a recordar es solamente aquello que esté escrito. Todo esto mezclado con un humor negro, disfrutable para aquellos que como Varas alcanzan a distinguir cómo se ha ido desfigurando la realidad por un lenguaje descuidado.