Registros cortopunzantes: la poesía de Andrea Crespo y Paulina Briones

POR NELLY MARRIOTT

Este año las escritoras guayaquileñas han estado en la cima de los concursos de poesía. Andrea Crespo Granda (Guayaquil, 1983) y María Paulina Briones (Guayaquil, 1979) ganaron los premios nacionales Aurelio Espinosa Pólit y el Ismael Pérez Pazmiño, respectivamente. ¿Por qué sus textos despuntaron?

El poemario de Andrea Crespo (directora de Artes Literarias y Narrativas del Ministerio de Cultura) titulado Registro de la habitada fue enviado al concurso bajo el pseudónimo de Hans Lucas II, y elegido entre 166 participantes. Este premio lo entrega hace 41 años la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. El jurado estuvo conformado por los escritores César Carrión, Andrés Cadena y María Auxiliadora Balladares quienes buscaban textos de alto nivel en  imágenes poéticas. De acuerdo a la opinión de María Auxiliadora Balladares, el poemario ganó debido a su alto nivel de intertextualidad, interdiscursividad y radicalidad con el lenguaje, también la fuerte inclusión del pensamiento posmoderno y posestructuralista contemporáneo. Para la escritora fue una sorpresa su triunfo porque considera que está alejada de la formalidad de los medios literarios. Según Crespo, su poesía es más cercana al neobarroco y a la experimentación literaria, a través de diálogos entre diferentes expresiones artísticas (música, cine, teatro) que se salen del margen de lo que se considera literatura y se adentra  en la exploración de sus reflexiones sobre el pasado. Según la autora, «en conjunto (sus textos) confluyen en una apuesta personal por emplear el lenguaje desde la dialéctica extrañeza/proximidad».

En un artículo de la revista Rocinante, Andrea Crespo cuenta que comenzó a construir el texto desde el 2014 como un registro de acontecimientos «para recordarme que estaba viva en un momento que empecé a tener problemas con el lenguaje (…) cierta especie de olvido de las palabras y de las emociones». Actualmente, está trabajando en otros proyectos de escritura: Influencia Americana, Libro Hémbrico y Matinée (el cinematógrafo tropical). «El Aurelio llega en un momento en el que estaba pensando en la no publicación de mis textos, pues el tema de la edición es agotador y a veces te aparta de lo verdaderamente importante que es la escritura, la lectura y el ejercicio crítico». Con este premio, Crespo se siente «llena de mucha fuerza y confianza para poder llevar a buen puerto los otros proyectos de escritura».

María Paulina Briones, periodista, directora de la Casa Morada y docente en la Universidad de las Artes, ganó un premio muy prestigioso que no se otorgaba desde hace 20 años y que el Diario El Universo volvió a convocar en 2016. Tratado de los bordes o la cercenación del estero se llama el poemario con 26 páginas merecedor del premio Ismael Pérez Pazmiño. El poemario fue entregado con el pseudónimo de Carmilla y fue distinguido entre 132 trabajos leídos por un jurado conformado por los escritores Jorge Dávila Vásquez, Fernando Balseca, Maritza Cino Alvear, Siomara España y la crítica literaria Cecilia Ansaldo. Ellos buscaban una obra con unidad temática, una acertada coordinación de ideas, palabras, frases del tema tratado y un profundo lirismo.

En una entrevista con  diario El Comercio, la autora señala que «se llama así porque hay instrucciones de uso de utensilios cortopunzantes y se va diseccionando un cuerpo que comparo con el estero». Por otro lado, el nombre estero es otorgado porque creció cerca de él y también porque es un símbolo de la ciudad que habita, Guayaquil. El libro comenzó a ser escrito en 2014 y la idea surgió cuando se encontraba en Buenos Aires. María Paulina tiene como influencia poética a las uruguayas Idea Vilariño, Amanda Berenguer, Ida Vitale. «Yo escribo desde siempre, la poesía no se me hace extraña si a eso añado que leo poesía, ahora más todavía que antes».

Siomara España indica que el jurado se interesó en el tema poético del cuerpo desde la mirada dolorosa que la escritura fue construyendo en el fondo del poemario, con instrucciones de cortes, disecciones que metaforizadas golpean dentro del poema y en el espíritu del lector. También recalca que ahora último se ha visto cómo, sistemáticamente, dentro de la poesía se están privilegiando otras exploraciones hacia territorios más potentes. «Se debe observar que el escenario de lo erótico ya está superado, y que la búsqueda no es la del placer per se, sino del establecimiento de diálogos con el entorno, con lo cotidiano e inesperado, siempre desde lo lírico y no desde lo crucigramado». Briones también es directora del sello editorial Cadáver Exquisito. Sobre el premio, agrega que «en general, no solo este premio, siempre es recibido con asombro (…) El Ismael Pérez Pazmiño es, por supuesto, un premio prestigioso que ha sido ganado por escritores notables, y haberlo ganado suscita más preguntas en mí que respuestas».

Es muy interesante la coincidencia que en 2016 dos escritoras guayaquileñas y coetáneas hayan ganado prestigiosos premios nacionales. No es novedad que aun en espacios patriarcales las mujeres ganen premios literarios, pero es evidente que ahora se están asimilando otras posturas y miradas en cuanto a la aprehensión, valoración y participación de la mujer en diversos escenarios. Premiar este tipo de proyectos significa una real apuesta por las nuevas voces. Muy aparte de que sean voces femeninas, son poéticas novedosas y radicales.

Fragmentos de los poemarios ganadores

De Registro de la habitada, de Andrea Crespo:  

(enero)


miro los cuerpos en su desborde natural de insinuaciones. Extremidades blandas que transitan en el humor de luces y diafragmas.- órganos fundamentales que no requieren oblicua saña, cazadores del polvo  y la duna; del instrumento del músculo. 
Cuerpos con tickets y naftalina asegurando venturas de segundos en donde brota un  rosetón de sangre con dentadura de cal

bajo los arbustos,
cuerpos de niñas adiestradas en la confesión del espéculo  por la premura del pulgar.
Opuesta es la capacidad del gen en abrir la mano con fortaleza de trillones de años tecnificando el amor en confites y telenovelas, 
en frutos y cadáveres de peregrinaciones.
Una hilera de recipientes que contienen la mordida, los diminutos trozos del estómago segmentado en la fragua del estiaje.
Unto mi abdomen con trémulo ardor de un hombre-ojo que masculla kilogramos de hiatos.
¿saben las sombras del amuleto de la luz? 
Recipientes blancos y neones con partes de mi píloro incendiado

Ardían mis manos esa tarde, 
he quemado las sienes de profetas
he quemado los recordatorios.

(PRIMERA RELACIÓN SEXUAL)

El quicial corroído de polillas. La lógica de Turing 
descorchando universos paralelos, las dimensiones
de todos nuestros años se condensan en una mancha 
en el cielorraso de la casa familiar. Y en un accidente
(¿geológico?) tu juventud asesina a tus padres, corta
sus pulmones y enchufa sus piernas en castigo
inquisidor.
Tu juventud, muchacha, desangra el bazo de tu
Madre, asfixia el páncreas de los tíos, comprime
La foto de los ancestros, deja en estado síncope a
Los enterrados.

(AQUÍ APLAUDIR Y LLORAR Y AHUMAR EL 
RECUERDO DE LOS JUEGOS INNOBLES,
LAS TORTURAS A LOS PRIMEROS AMIGOS
DE LA INFANCIA)

Ahora recuerdas esas lanzas que enviaste contra las 
almas de otros niños
las mujeres que dejaste esperando en la cinemateca
o la librería estival.
Ahora la vergüenza es tu compañera de celda y a
ella le debes el recuento de cada año.
Pero no hay manera en la que seas cálido
y, sin embargo, este día serás guardado en la gloria
de cada río.


De Tratado de los bordes o cercenación del estero, de María Paulina Briones:

Teoría de la cercenación con diferentes utensilios


Puñales, dagas, cuchillos, flechas, agujas, bisturíes, hachas. Elementos cortopunzantes les
dicen. Introducirlas en la carne es una ciencia
y el puñal dispuesto que aguarda la mano que no tiembla

Objetos cortopunzantes, los hay.
“El filo o la punta que concentra la fuerza viva en una superficie limitada”
¿A dónde va el residuo?
única medida vigente en la memoria,
reducto indefinido.


Instrucciones para usar objetos cortopunzantes

El cuchillo tiene que tener filo. El filo es sublime.
Los guantes tienen que ser negros. La tortura se ejerce en negro y con guantes.
Hay que ser hábil en el manejo de los objetos, en el tamaño de los cortes, en la profundidad 
        de la penetración constante,

Como el calvo hundiéndose en la madera joven. 

Ni una sola gota vertida fuera de ese pozo,
ningún derrame externo que permita la germinación de posibles selvas y bosques.

La fecundación tiene que ser hacia dentro, es ahí donde nacerá el universo futuro.
          Confluirán ríos y montañas, los animales verán nuevamente la luz, la vida se 
          perpetuará incansablemente. 

No puede haber riego.
Lo único que habrá son gemidos, tal vez un poco de llanto.
El torturador sabe que no es cuestión de tiempo sino de estrategia.
Otras carnes nobles recibirán este trozo de brazo arrancado de mi cuerpo.

Noble es la carne que me alimenta; también la que me envenena.

Pronóstico: la muerte.

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