POR: LEIRA ARAÚJO / JULIE CAÑARTE / KATHERINE MARTÍNEZ.
Medea, como un hito en la historia, no es un personaje común; en el texto de Eurípides, menos. Ella sufre los estragos del abandono, que la obligan a actuar maliciosamente en contra de Jasón; es decir que su mente, dentro de todo su dolor, tuvo que encontrar una respuesta ajena a ella misma para redimir su futuro, algo para descargar su ira y un medio mediante el cual cometerlo.
Medea es una clara estratega, podríamos decir que esto viene con la enseñanza para ser bruja, más le valía ser precavida a que todos sepan lo que estaba pensando pero, esto no es todo lo que encierra su compleja personalidad, Medea es manipuladora, no solo al convencer a Creonte de que la deje quedar un día más en Corintio, sino desde su búsqueda por el vellocino de oro donde obró a partir de sus pócimas y brebajes que fortalecían a los hombres, lo cual demuestra que ella a pesar de ser muy poderosa era altamente dependiente de los hombres a su alrededor y una vez que se enamora de Jasón será el único por el que vele, por lo cual su traición y abandono le provocan demencia.
Ahora la demencia que padece Medea solo puede tomarse desde el ámbito de mala madre ya que por ejemplo en el caso de Áyax, él esta cegado y lo invade la locura que en los momentos de lucidez lo llevan al suicidio pero por la culpa de otro sin embargo, Medea lleva una locura que se la proporciona ella misma llevada por el resentimiento hacia Jasón donde sus hijos ya no son sus hijos, carne de su carne para ella, es una situación donde ella los considera como elementos, posibles elementos que le devolverán a Jasón pues si él no la ama a ella quizás ame a sus hijos.
Ante esta situación surge la duda cierta de si Medea planea todo esto y es realmente mala o si el entorno a su alrededor lo planeó y ella es tan solo una víctima defendiéndose. La realidad es que Medea no presenta estos rasgos, ella se muestra altiva, no da mano a la resignación, grita su dolor al viento para que todos la escuchen lo cual puede ser una táctica para que el resto de Corintio piense que ella es la víctima, cuando en realidad si la analizamos desde un punto de vista psicológico Medea es una psicótica, sufriendo un “desorden mental severo, caracterizado por un trastorno de la personalidad, la pérdida del contacto con la realidad y causando el empeoramiento del funcionamiento social normal”.
Haciendo ejercicio de este análisis vemos el trastorno en su personalidad al pasar de víctima a victimaria; la pérdida del contacto con la realidad está en el final de la obra cuando Jasón le pregunta por qué ha hecho esto y ella responde que fueron sus acciones no ella, desligándose del hecho de que ella es la autora del crimen no él. Medea no es perfecta y si lo vemos bien si era una mala madre porque más allá de su sufrimiento ella estaba consciente del bien y el mal, esto se confirma en el hecho de que sabía que el matar a sus hijos le causaría dolor a Jasón.
Medea en Eurípides muestra un lado macabro pero en Medea contemporánea de Krista Wolf vemos un lado más humano de ella que es la culpa, en el cual la percibimos como una mujer que se dio cuenta de la verdad de sus actos los cuales le conllevan a vivir una vida miserable, un acto que demuestra como una mujer quiso redimir a la otra, puesto que Medea no es ninguna víctima, no la verdadera, la única.