POR: JULIE CAÑARTE DE MORI.
Las obras de Salinger, en su totalidad, tenían conexiones metatextuales; por ejemplo, el texto de Franny y Zooey habla de las hermanas de Seymour, el personaje de Levantad, carpinteros, la viga del tejado & Seymour: una introducción. A la vez, estos dos libros tienen relación con los nueve cuentos previamente publicados en 1953 donde «Un día perfecto para el pez plátano» habla del suicidio del mismo personaje. Este juego para muchos críticos tiene que ver en realidad con el hecho de que Salinger retratara su vida y familia en estos personajes, y como reflejo de ello la mayoría resultaron alienados de la sociedad, apegados a la inocencia infantil y al repudio del mundo de los adultos.
En Levantad, carpinteros, la viga del tejado & Seymour: una introducción, Buddy, el segundo hermano de la familia Glass, nos cuenta, desde sus 40 años, un episodio sobre su admirado hermano mayor, Seymour, en 1942, cuando Buddy tenía 23 años. Éste es soldado y está en un hospital militar convaleciente de pleuresía, pero consigue un permiso para acudir a Nueva York a la boda de Seymour. Buddy llega a la iglesia el día de la boda y no hay más miembros de su familia; ni siquiera se presenta su hermano, “el novio”, dejando a la novia plantada en el altar.
Los invitados abandonan la iglesia y van en coches para la casa de la novia. En uno de estos coches entra Buddy sin presentarse como hermano del novio, a quien los ocupantes del coche comienzan a criticar, y a hacer insinuación sobre su posible locura por tan terribles actos. Buddy se siente cercano a un diminuto señor mayor que se mantiene erguido en el coche y no se inmiscuye en la conversación, después nos contarán que es sordomudo.
Es esa simpatía que siente Buddy hacia él la que parece simbolizar Salinger como la cercanía del protagonista al mundo puro de los niños, de los inocentes, momento que nos lleva de regreso a El guardián sobre el centeno, en donde Holden solo parece sentirse cómodo cuando habla o ve esta inocencia infantil, esta pureza de personas menores. Este factor a la vez está combinado con la inmadurez y la inadaptación al mundo de los adultos.
Entre los personajes de Salinger siempre encontramos jóvenes brillantes, exaltados, observadores de las incoherencias y las renuncias de los adultos, heridos por los convencionalismos sociales, por las partidas que habría que jugar de acuerdo a las reglas del juego. Unas reglas que ellos se niegan a aceptar, lo que únicamente les puede conducir al desequilibrio, al desvarío, al aislamiento o al suicidio, como en el caso de Seymour, al que Buddy considera el hermano Glass mejor dotado, y por tanto con menos posibilidades de adaptación al mundo real.
En Seymour: una introducción, el narrador es Buddy, quien nos habla de su hermano Seymour, el personaje ausente cuya presencia fantasmal cubre de significado a todo el volumen, desde una perspectiva más global y desde su presente. Buddy ya ha pasado los 40 años, es escritor profesional y sigue dando clases de literatura en una universidad; sin embargo, vive retirado en una casa de campo en un bosque. Para esta introducción a la semblanza de su hermano comienza citando a Kafka y a Kierkegaard, y el relato cambia de tono respecto al anterior, ahora parece la narración de un autor distinto, extranjero, con otro tono y personalidad.
En el texto de escritor extranjero en que se transforma Salinger en esta parte del relato, abarcamos más aspecto de la vida de Seymour, con interrupciones en las que Buddy nos informa de la propia evolución de su propia escritura, así nos enteramos de que Seymour ha dejado tras de sí un conjunto de 182 poemas escritos en métrica japonesa, y que Buddy ha ordenado y decidido entregar a un editor. El tema del artista precoz cobra fuerza como metáfora de la inadaptación al mundo.
Así como Holden con Allie, vemos que Buddy profesa una gran admiración hacia Seymour. A la vez, se encuentra el detalle de los poemas dándole un rasgo casi místico a este personaje que, como Allie, deja una estela de incertidumbre sobre su existencia. Por lo visto hay mucha semejanza entre este dúo de personajes, creando hasta un sentimiento similar hacia ellos, los vemos casi a la par y sus pensamientos sobre la sociedad son semejantes también. Este repudio de un mundo de adultos donde las obligaciones han intoxicado a la gente es el factor clave para que ellos sean tan cercanos a los inocentes, a que vean en los niños la salvación, porque en la sociedad no encuentran nada que pueda salvarse.