Literatura en pequeñas dosis

Internet es la plataforma perfecta para anécdotas inverosímiles cuyo objetivo no es contar una historia, sino dejar una moraleja. Hay una sobre Tolstói, el gran escritor ruso, que sirve para hablar del género de la minificción (también conocido como micronarrativa o ficción breve). En una ocasión, cuando el anciano autor ya había publicado sus extensas novelas, un periodista le preguntó por qué no escribía microrrelatos. Porque son muy aburridos, lo despachó Tolstói.

Ese lugar común es el refugio de quienes descalifican como literatura cualquier narración que no sea, al menos, un cuento —sería preferible que solo haya novelas. Detrás asoma la ilusión de que escribir breve es fácil y de que las lecturas veloces resultan pobres e inofensivas. Muy al contrario, este género exige una atención especial para no ser un mero ingenio, una curiosidad divertida como cualquier otra. Esto lo sabe muy bien el escritor mexicano Alberto Chimal. En un excelente artículo a favor de este vilipendiado género, él invirtió la anécdota de Tolstói —usada antes por un escritor español para demostrar que los microrrelatos «no son más que chorradas»— y la convirtió en un auténtico ejemplo de su cualidad literaria:

—Señor Tolstói, ¿por qué no escribe minificciones?
—¡Porque son muy difíciles!

No se trata de lograr solo la concisión, sino de eliminar el palabrerío, agregar énfasis, crear una paradoja y jugar con el conocimiento del lector. Ya lo dice un refrán ruso: “brevedad, hermana del talento”.

Para saber más de este género, escuchar a sus autores y leer sus obras, existe el festival Ciudad Mínima, que este año realizará su cuarta edición durante la Feria Internacional del Libro de Guayaquil (del 12 al 15 de agosto en el Centro de Convenciones). Los lectores podrán conocer a la española Patricia Esteban Erlés, cuyo libro Casa de muñecas explora, entre cien textos y diez habitaciones, los peores miedos infantiles; o al argentino Raúl Brasca, uno de los promotores e investigadores de la minificción más influyentes de Latinoamérica. Y de Ecuador estará Marcelo Báez, prolífico autor y ganador de ocho premios nacionales de literatura, cuyos relatos están incluidos en varias antologías internacionales de micronarrativa. Estos escritores participarán de conversatorios, darán talleres sobre el género y presentarán sus libros durante la feria.

Mientras tanto, se puede aprovechar este tiempo para terminar de leer el cuento de Augusto Monterroso titulado “El dinosaurio”.

Cortesía del Festival Ciudad Mínima

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