Configuración poética de lo ancestral

Primavera nuclear andina, de Agustín Guambo. Difusión A/terna Ediciones, 2017.
POR AMANDA PAZMIÑO


«Plaqueta – Incentiva a la relectura donde el capitalismo depreda nuestros días relegando la actividad introspectiva de una lectura a un lugar cada vez más periférico». Esto se lee en la contratapa interior de las ocho plaquetas que forman parte de «Expansiva: Colección de nueva literatura latinoamericana 2017″ y que fueron presentadas en el II Festival de Poesía de Quito «Lectura de un Kaníbal Urbano». La editorial a cargo de esta colección es Difusión A/terna Ediciones, compuesta de Juan Manuel Corbera y Nadia Sol Caramella.

Son ocho publicaciones de formato breve pero de contenido denso, lo que permite tirajes más largos por costos menores. A diferencia de un libro común, la plaqueta cabe en un bolsillo y su cubierta es blanda. La colección «Expansiva» contiene voces de poetas jóvenes de Latinoamérica que determinan un territorio de enunciación desde la fluctuación y confrontación de sentidos que provoca la realidad en cada una de sus esferas y coyunturas. Ante ello se genera un frente de lucha y se evidencia un proceso de construcción de identidad.

Primavera nuclear andina, la plaqueta del ecuatoriano Agustín Guambo, funciona como un sistema de coordenadas en el cual es posible acceder a la dimensión ancestral de los indígenas a partir de su cosmogonía y lenguaje, sistemas que están tallados con belleza sideral y que  afirman su trascendencia. Se lee: «porque en las noches me levanto para ver si has reencarnado del polvo de mis manos pampachamuni apullay uyahuanquichu, manachu?» En esta pregunta se advierte una confrontación ante el desamparo; quiere decir: «acá, arrodillado, te imploro apu, ¿me escuchas?» Las frases en quichua fueron tomadas de las canciones del rapero peruano Pedro Mo.

En esta plaqueta están sujetos el mito y la ceremonia, y se concentran los tres tiempos del hombre. El presente de enunciación está entre los milenios 3000 y 5000 del calendario andino, desde el cual se proyectan escenarios en que la naturaleza manifiesta su presencia apoteósica y se registra una humanidad enferma:

período ancestral 3021 aún la noche no eclosiona en la brea salvaje del océano
ni el viento ha cambiado su cálido plumaje –mis hermanos de lepra-todos duermen-todos olvidan- en tanto me alejo de las ruinas del insectario urbano escucho a madre cantar machinehead contra este mar abaleado y sin fe que es mi corazón…

La propuesta de Primavera nuclear andina se da en una clave plástica en que la disposición y forma de las palabras ejercen un efecto directo en su significado. Se lee, por ejemplo:
¡ o b s e r v e n   a   l o s   p r o f e t a s  d e   l a s  c a l l e s  !
limosneros ancestrales de pecho desnudo budas
urbanos llenos de verde y
F r e s c a   l u z   e n   s u s   m a n o s   a r d e   e l  c a os

El tono de la voz poética conjuga subversión y filosofía. Busca construir un lenguaje que configure la expresividad del origen de lo andino, genera advertencias, critica y contrapone las tecnologías de los ancestros que conocían el valor de lo natural con las tecnologías del presente. Sigue una línea hegeliana: «El hombre no es inmutable, sino hijo de su tiempo y de su comunidad».

Esta escritura crea un diálogo con el lector a partir de su testimonio, es recursiva en cuanto a sus signos de puntuación, integra guiones, corchetes que son acotaciones cuyo contenido es, claramente, más irruptivo que lo que se dice directamente. Su discurso proviene de las fibras más internas del Yo, incluso de un Yo colectivo que ejerce una resonancia en el lector y desarrolla la narración de su devenir, de su verdad:

[[ era el siglo cuando los lotos floreciendo en el
vientre de dios cobijaron a los desertores del otoño
entonces caminaba desdichado entre nubes
violetas   cargado de cicatrices, peste y polvo
abrazando ángeles ciegos y alegres…]]

En el único pie de página se plantea lo siguiente en una tipografía menor: «Aquí no hay poesía, tan sólo violentada carne creciendo entre los Andes… Pachakamac borda el mar que te trajo la muerte borda el dios que te trajo el olvido   Pachakamac sobre ésta, tu tierra violada, ya nadie reza tus credos ni asiste a tus ritos  Pachakamac todxs hemos sido violados pero no todxs lo disfrutamos».

Y como respuesta a la descripción de la violencia marcada se lee: «Pachakamac en esta ciudad páramo la aurora de nuestros muertos se cicatriza como un coral de nácar en el pecho de los condenados a recolectar caracolas mutiladas… donde el sueño eterno de dios es una  c o n s t e l a c i ó n   d e   a g u a   e v a p o r á n d o s e».

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