El señor de las moscas, simbología del poder y la locura

POR: GISELLA ALVARADO.
El señor de las moscas, novela publicada por William Golding en 1954, relata el accidente de un avión que lleva a unos niños a permanecer en una isla indefinidamente y sus vivencias en el transcurso de su estadía. A partir de ello, los personajes que Golding destaca en su obra demuestran diversas perspectivas que son ocasionadas por su estancia en la isla. Por ello, el personaje cuyo enfoque se analizará será Simon, quien como personaje secundario realiza ciertas acotaciones que remiten a que se tome consciencia de su rol. 
Se conoce que este personaje inicialmente viene con el grupo de Jack, pero permanece en una “región dudosa” junto con Maurice y Robert, en términos de no saber a qué grupo pertenecían si a los grandes o los «peques». Incluso antes de su aparición en la obra se presentarán aspectos generales para poder situarlo dentro del grupo. 
El grupo consolidado en la isla es de procedencia inglesa y a partir de esto se tienen connotaciones muy específicas cuya intención se va revelando a medida que la obra continúa presentando las eventualidades en el nuevo hogar de los chicos. Varias de las características impuestas a los ingleses son de carácter positivo, como: “Somos ingleses, y los ingleses somos siempre los mejores en todo. Así que tenemos que hacer lo que es debido”. Incluso, en la tarea que todos deben permanecer en la isla por un tiempo indeterminado, Ralph, líder del grupo, trata de mantener el perfil positivo de los ingleses: “(…) la Reina tiene un cuarto enorme lleno de mapas y que todas las islas del mundo están dibujadas allí. Así que la Reina tiene dibujada esta isla.” 
Tratando de ubicar a los residentes de la isla en un contexto histórico, se conoce, como un referente directo, del transcurso de una guerra -la Segunda Guerra Mundial- gracias a la mención que hace Piggy previamente cuando mantenía un diálogo con Ralph:
-¿Cómo van a saber que estamos aquí?
Porque sí, pensó Ralph, porque sí, porque sí… El rugido de las olas contra el arrecife llegaba ahora desde muy lejos.
-Se lo dirán al aeropuerto.
Piggy movió la cabeza, se puso las gafas, que reflejaban el sol, y miró a Ralph.
-Allí no se van a enterar de nada. ¿No oíste lo que dijo el piloto? Lo de la bomba atómica. Están todos muertos. 
La mención de la bomba, hecha por el piloto y que Piggy repite, es relevante,  puesto que en 1945 el suceso ocurre en Hiroshima, es decir que la guerra  está a punto de finalizar. Sin embargo,  resulta eximio porque rápidamente se ve superpuesta por la realidad de la isla, lo externo pasa a ser olvidado.
Dejando acentuado lo general se pretende rescatar el valor individual de Simon dentro del grupo. Su carácter cohibido y temeroso no facilita a que participe. En el inicio aparece como un joven débil y su aportación al grupo es ayudar con las labores que podrán permitirles sobrevivir. A pesar de que es alguien que no desea tener disputa alguna puesto que no toma el lado de nadie, resulta ser una figura consciente pero menos activa como lo es Piggy. 
Las observaciones que hace Simon a medida que avanza la obra resultan no ser consideradas puesto que tiene muchos problemas para lograr comunicarse, incluso en las asambleas que solían hacer en el grupo. La mención de una fiera en la isla provoca temor en todos pero la reflexión de Simon resulta ser: “A lo mejor somos nosotros”, de esa manera obliga a que se empiece a tomar consciencia de los cambios que empiezan a suscitar en el entorno, es decir, la invención de un monstruo imaginario para ocultar los rasgos salvajes que luego se logran percibir en totalidad. Incluso los momentos que Simon trató inútilmente de que la asamblea notara que el  grupo estaba desarrollando un papel fundamental de cambios por la estadía en esa isla fue en vano, él mismo no volvió a insistir.
Después de la asamblea, Simon, no queriendo formar parte de un círculo, toma parte en la decisión de Piggy en apoyar su postura y hacerle tomar consciencia a Ralph de que él debe permanecer de jefe. Como previamente se resaltó, Simon y Piggy permanecen en un plano en donde la consciencia es su principal aliada, incluso no es de extrañarse que la muerte de ambos se haya dado en la obra ya que eran los únicos que no cedían ante la presión de la convivencia en la isla, ambos sienten el rechazo del grupo, así como   Piggy aunque éste era por su fisonomía y Simon por su carácter. 
La postura de Simon permanecía en la insistencia de que la fiera no existía incluso en la búsqueda de ésta. Su pensamiento permanece inamovible en que se trate de un hombre.
Simon, que caminaba delante de Ralph sintió un brote de incredulidad: una fiera que arañaba con sus garras que estaba allá sentada en la cima de la montaña, que nunca dejaba huellas y, sin embargo, no era lo bastante rápida para atrapar a Samyeric. De cualquier modo que Simon imaginase a la fiera, siempre se alzaba ante su mirada interior como la imagen de un hombre heroico y doliente a la vez.
Simon simboliza también un pasaje de esperanza y aliento porque ayuda a destruir las perturbaciones del grupo y constantemente ayudaba siendo positivo ante las situaciones adversas, a manera de ejemplo sirve  que  cuando Ralph ante los deseos de volver a casa, Simon es premonitor de lo que le sucede al líder del grupo.
Dentro de los últimos deseos ocultos de Simon, su curiosidad y la seguridad que tenía al saber que en la montaña no había ninguna fiera fue ignorada porque la intención de hacer que los otros vinieran con él no resultó, así que ante la salida de Jack del grupo y con todos divididos en direcciones opuestas, decidió ir por el mismo a averiguar.
Se sabe que Simon descubre la verdad: la fiera resultó ser simplemente un hombre en paracaídas que estaba muerto y descomponiéndose. Cuando se resuelve el misterio, Simón llega a la resolución de lo que debe hacer con su hallazgo: “El monstruo era inofensivo y horrible y esa noticia tenía que llegar a los demás lo antes posible”
El proceso previo a que el lograra obtener la respuesta resulta ser muy intrigante porque Simon pasa del lado real a un imaginario que lo lleva a visualizar la ofrenda de los cazadores, la cabeza de la puerca, en un ser que es capaz de comunicarse con él y a quien etiqueta como Señor de las Moscas.
Simon, como una pequeña imagen bronceada, oculto por las hojas, permaneció donde estaba. Incluso al cerrar los ojos se le aparecía la cabeza del jabalí como una reimpresión en su retina. Aquellos ojos entreabiertos estaban ensombrecidos por el infinito escepticismo del mundo de los adultos. Le aseguraban a Simon que todas las cosas acababan mal.
La charla que le da el Señor de las Moscas es para alertarlo, en sí, amenazarlo que si trata de interrumpir con la presunta armonía que se da en la isla, el mismo grupo lo va a acabar. Simon en toda la charla no se expresa pero escucha atentamente cómo la cabeza afirma que es un producto interno del mismo y en uno de sus comentarios ésta dice: “Que ilusión pensar que la Fiera era algo que se podía cazar, matar”.
Eso expresa otra característica de que en sí la fiera fue una mera excusa para ocultar los sucesos que estaban separando lentamente al grupo y la falta de cada unos en lograr discernir lo que hacían empezaba a tornarse instintivo. 
Así como conclusión en el transcurso de Simon como personaje y las diversas perspectivas que aporto dentro de la obra, el desenlace final resulta ser la amenaza que el Señor de las Moscas había destinado para el mismo Simon por atreverse a tratar de interrumpir el desarrollo que se estaba dando en la isla, puesto que éste ser metafórico resulta englobarse en los miedos permanentes de la ignorancia de querer conocer la verdad. La muerte de Simon provoca una perturbación en Ralph que constantemente tiene presente el acto y  toma recuento de sus últimas palabras en que la fiera era un hombre muerto. Jack por otro lado utiliza la figura de Simon como un disfraz que la fiera utilizó para engañarlos e incluso con su muerte el permanece firme en que dicha fiera sigue afuera y que puede disfrazarse como cualquiera. Mantiene el orden y liderazgo tratando de evitar que se detenga la manifestación de dicha fiera en la isla. Luego de varios sucesos llega a cumplirse la predicción de Simon en que Ralph logra ser rescatado y regresa a casa.

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