Cupido: el dios domado por su fuerza

POR: JULIE CAÑARTE.

La imagen de Cupido es universalmente conocida, un niño alado que tiene en sus brazos un arco y flecha que utiliza para enamorar a mortales y dioses desde la antigüedad, sin embargo el responsable del amor de los otros cayó alguna vez en sus propias redes.

Aunque existen múltiples versiones de su origen, me remitiré a la historia de amor que aparece narrada en su forma más completa en la novela latina «El asno de oro» o «Las Metamorfosis» de Apuleyo (s. II d.C.). Según los romanos cupido (Eros) es el dios del amor hijo de Venus y de Marte, dios de la guerra.

Como ayudante de su madre Venus, el niño Cupido dirigía la fuerza del amor, a su espalda cargaba dos clases de flechas: doradas que provocaban amor instantáneo y de plomo que provocaban indiferencia; su poder lo llevaba frecuentemente a discusiones con su madre y otros dioses por no interferir en la vida de los mortales como si fuera un juego, sin embargo tendría que llegar el dios Apolo y confrontarlo para que Cupido usara sus fuerzas con el fin de venganza.


El dios Apolo desafió las habilidades de arquero de Cupido y este como prueba lanzó su flecha haciendo que Apolo se enamorara de la ninfa Dafne y que esta a su vez no le correspondiera al lanzar su flecha de plomo.

Pasó el tiempo Venus y comenzó a preocuparse porque su hijo no crecía, así que se dirigió al Oráculo quien le dijo: «El amor no puede crecer sin pasión».Venus no comprendió la respuesta hasta que nació su hijo Anteros, dios de la pasión. Cuando estaba junto a él, Cupido crecía y se transformaba en un hermoso joven, pero cuando se separaban, volvía a ser un niño.

Por otro lado en la Tierra de los mortales vivía una princesa llamada Psique, que a pesar de ser tan bella no lograba encontrar marido pues los hombres no se sentían dignos de ella. Su padre intentó hallar a través del oráculo de Delfos un buen marido para Psique, pero éste predijo que ella encontraría el amor en un precipicio. 
 
Venus celosa por la gran belleza de Psique le pidió a Cupido que la hiciera enamorarse apasionadamente del hombre más feo y vil del mundo. Enterada de que se encontraba en el borde del abismo, envió a su hijo a dispararle sus flechas pero este al verla, se enamoró profundamente de ella y Lanzó la flecha al mar. Contra los deseos de su madre, Cupido llevó a Psique a un castillo aislado, teniendo la condición de que como simple mortal, tenía prohibido mirarlo.


 Él la visitaba todas las noches rogándole siempre que no viera su rostro. Eran muy felices hasta que convencida por sus hermanas, Psique rompió la prohibición y miró a su marido. Como castigo fue abandonada por Cupido, quien con tristeza se despidió diciéndole: «El Amor no puede vivir sin confianza». Expulsada del castillo, la arrepentida princesa rogó a Venus recuperar el amor de Cupido.

Venus puso grandes obstáculos a la mortal como penitencia para poder volver a ver a Cupido, en la última prueba le dió una pequeña caja indicándole que la llevara al inframundo a buscar un poco de belleza de Perséfone y le advirtió que por ningún motivo debía abrir la caja, sin embargo la curiosidad por abrir la caja la venció y al momento un «sueño estigio» la sorprendió y cayó en un profundo sueño que parecía la muerte. Cupido al encontrarla en el suelo, le retiró el sueño mortal de su cuerpo y lo puso de nuevo en la caja. Finalmente la perdonó al igual que Venus.


Fue tanto lo que ella luchó que finalmente los dioses conmovidos por el amor de Psique hacia Cupido, la convirtieron en una diosa para que pudiera reunirse con su amado. 
 
Cupido y Psique (El Amor y el Alma) se unieron tras duras pruebas. De esta unión nació una hija llamada Voluptas cuyo nombre significa «Placer», de donde derivan palabras como voluptuosidad. 
 

Cupido, nunca ha sido el dios bondadoso del amor, su historia nos revela que muchas veces por diversión o travesuras unía y separaba parejas por el gran poder que poseía y él mismo fue castigo con ello, quizás evidencie el primer amor verdadero, Cupido jamás utilizó una flecha con Psique y tampoco se vieron a la cara sino que ella confió plenamente en él y el amor que le profesaba al salvarla del abismo. EL no era una criatura hermosa tampoco, se lo describía como una serpiente alada mortal, pero Psique no le teme de ahí puede surgir entonces el dicho “el amor es ciego” puesto que sin ver su rostro y conociendo lo que se decía, Psique le es fiel a Cupido.

Cupido es la imagen emblemática de este mes en particular, este jueves se celebra San Valentín pero esa es otra historia totalmente distinta, no es la celebración, es el dios, es la fuerza que simboliza, la capacidad de unir a dos personas por un sentimiento más fuerte que ellos, probablemente más fuerte de lo que la realidad lo permite, algo así como el amor que Psique le profesó a Cupido, el mismo capaz de convencer a los dioses de su matrimonio convirtiéndola a ella en inmortal.

Me atrevo a decir que es su destino el que cambia a Cupido, de un ser vil a un dios del amor, de jugar con el poder que él tenía a utilizarlo sabiamente, el propio Cupido se vio dominado por el amor a un ser que lo desconocía por completo, era solo su belleza lo que importaba, cómo podría ella enamorarse de él si no era bello, es el amor, la fuerza más allá de la belleza, la fuerza más poderosa de todas o eso es lo que se suele decir.

Compartir