Entre los bibliotecarios se habla de un libro fantasma, enclenque y corroído, que aparece y desaparece de los estantes. Se hace pasar a voluntad por un tratado de Cálculo, por la Comedia de Aristóteles, por un tomo de cocina antropofágica, por el Necronomicrón, por un evangelio apócrifo. Si alguien da con él por casualidad, el libro le revela, línea por línea, cómo será la vida de la víctima hasta el momento de su muerte.

Algunos dicen que el libro tiene escrito en una de sus esquinas el celular privado del Presidente (ese que usa para comunicarse con Hugo Chávez) y que si le timbras a la cinco de la mañana, contesta. Otros creen que el espanto es mucho peor: aseguran que el libro fantasma pena en la cabeza de los autores jóvenes pareciendo ser una idea original y generando plagios, que Borges intentó escribir sobre él y no pudo, que cuenta la verdadera razón de la riña entre Vargas Llosa y García Márquez, que cambia de piel como las serpientes o que se alimenta de libros más chicos, dejando sólo de ellos regueros de tinta.

Algunas librerías advierten discretamente a sus compradores del libro fantasma, no sea que si lo encuentran por casualidad les coma el dedo índice, o los dos ojos —los tiempos no están para perder clientes—.

Especulan, rumoran…alguien cree que lo ha visto pasar volando, usando sus hojas como alas. Otros dicen que se llama: El lugar de las apariciones. *Solange Rodríguez Pappe

SRP: Dragón.  Los dragones han llegado a mi vida solos y sin ser llamados. Digamos que yo he aceptado ser parte de su clan y no a la inversa.

SRP: Creo que lo habría enloquecido con el cine. Me enteré que hay una maldición sobre los que intentan hacer una versión cinematográfica de Don Quijote, por alguna razón los fondos se acaban o algo pasa. Hay un documental que se llama “ Lost in la Mancha”, que trata sobre ese tema.

SRP: Humanos que saltan bardas con ayuda de una garrocha. Cuando uno comete la tontería de caerse, se despiertan.

SRP: Con Ernest Hemingway, con Bukowski, con Miller, con Palacio, con todos esos hombres que escribían violentamente. Todas lo piensan, nadie lo dice. Tengo la teoría que una cosas son los hombres y otras cosa lo que escriben los escritores. Siempre los hombres suelen ser más inofensivos que las obras. Habría que constatar.

SRP: Dios no duerme pensando en qué broma más va a hacernos luego.

SRP: Ya tuvimos uno y lo encerramos en un hospicio. Yo era entonces muy chica pero es algo de lo que aún me avergüenzo.

SRP: A los libros hay que salvarlos todos. Justamente son los libros los que nos van a salvar cuando haya pasado el apocalipsis. Acudiremos a ellos cuando necesitemos el conocimiento para salir de donde estamos.

SRP: “Por favor, que algún duende bueno haya hecho el café durante la noche”.

SRP: La lanzo a la calle por ingrata.  Sin ella he debido trabajar sola cinco libros de cuentos.

SRP: “Hielo seré, mas hielo enamorado”