Para esta nueva edición, le pedimos a Nicolás Méndez (Argentina, 1972) que responda nuestras #Matapreguntas. Esta es la anécdota que nos contó cuando le preguntamos cuál era su secreto peor guardado:
«Algo bizarro me pasó a los 18 años. Estuve preso dos días, acusado de haber amenazado a una famosa conductora de programas infantiles. Hubo un allanamiento en casa y me llevaron detenido y esposado delante de las cámaras de televisión. Los policías me aconsejaron taparme la cabeza con la campera, pero no les hice caso, así que calculo que se enteraron por lo menos un millón de personas.
Fue todo rarísimo: a mí y a otro chico más nos trasladaron desde la comisaría al juzgado en medio de un operativo digno de un asesino serial peligrosísimo, de nuevo frente a las cámaras del noticiero, en un camión descapotable con muchos policías musculosos de esos que todo lo hacen sin soltar sus armas largas, en fin, un show montado para las cámaras del único noticiero presente, que, oh casualidad, era el del canal en el que salía el programa de la conductora famosa (no la nombro porque todavía hoy sigo con miedo). En un momento el cronista del noticiero dijo al aire nuestros nombres y apellidos y algo así como: «por suerte, la policía ya atrapó a los autores de las amenazas», y ni siquiera nos había interrogado el juez. A todo esto, el camión descapotable nada más dio una vuelta a la manzana y, mientras los camarógrafos guardaban sus equipos, nos bajaron y entonces ahí sí nos llevaron al juzgado, pero en un auto destartalado, con dos policías viejos y panzones.»
Nicolás es músico, periodista y escritor. Recientemente ganó el Premio Equis de Novela Contemporánea 2014 con su primer libro, Cómete a ti mismo; el reconocimiento fue otorgado por la revista Specimens-mag.com, la editorial El Cuervo y Suburbano Ediciones.
¿Cómo te gustaría ser leído?
Que cada uno lo haga como le dé la gana, a mí me gusta mucho leer sentado en el inodoro y también mientras viajo en tren y en colectivo.
¿Qué cantas en la ducha?
Nada, concentro toda mi atención en no resbalarme.
¿A cuál personaje literario no te gustaría tener como enemigo?
A Dolmancé.
¿Quién es el autor más sobrevalorado? ¿Y el olvidado injustamente?
Me resisto a participar en ese tipo de ordenamientos de menor a mayor valor. Que lo haga el que se crea capaz, el que haya leído todo lo que se escribió, o el que confíe en las autoridades que determinan qué cosa vale y qué cosa no vale.
¿Cuál ha sido tu peor trabajo?
Uno en el que duré solo un día, tenía que enseñar música en un colegio primario. Un nene en un momento se paró y me gritó: «¡Andate!».
¿Cuál sería el soundtrack ideal para el Fin del Mundo?
El tema que suena al comienzo de los dibujos animados de Bugs Bunny.
Si permanecieras encerrado un año en una casa, ¿qué guardarías como
provisiones?
Castañas de cajú, chocolate amargo y vino tinto.
Cuando las mariposas se enamoran, ¿sienten humanos en la barriga?
No se enamoran, están en otro nivel, no tienen el instinto contaminado por la conciencia, como nosotros. Simplemente hacen lo suyo.
«Ay, Dios mío, ¿y ahora qué?», solía ser el primer pensamiento mañanero de Bukowski. ¿Cuál es el tuyo?
«¿Podré seguir como hasta ahora o tendré que buscarme un trabajo horrible?»
¿Con qué personaje literario te gustaría tener un affair?
Si estuviera soltero me gustaría tener algo con Justine.
¿Qué es lo esencial que es invisible a los ojos?
La monstruosidad de nuestra especie.
Si la supervivencia de la literatura depende, como en Fahrenheit 451, de memorizar un libro, ¿cuál sería, por qué?
Esto no es todo, de Quino. Porque es inteligente, fácil de leer, profundo y gracioso.