Mariana Enríquez: «Resucitaría a Rimbaud para que sea mi novio»

A los escritores que contestan nuestras #Matapreguntas, les pedimos que nos den una anécdota relacionada con Ecuador. La argentina Mariana Enríquez* no ha venido a Ecuador, pero sí conoce a dos escritores ecuatorianos, Eduardo Varas y Marcela Ribadeneira: «Los conocí recién casados, terriblemente enamorados; los dos son muy hermosos. Estábamos todos juntos en la Feria del Libro de Trujillo, Perú. Todos juntos, con un amigo común, el escritor peruano Quique Planas, nos fuimos a conocer a la Señora de Cao, una reina maga de la cultura mochica, una sacerdotisa de la costa: su cuerpo es una momia con los brazos llenos de arañas tatuadas y la Huaca donde alguna vez poderosa en el siglo IV d.C. queda al lado del mar, en una playa que, bien señaló Marcela, es idéntica a Tatooine».

¿Cuál es el primer libro que recuerdas haber leído?

Seguramente hubo otros antes, pero recuerdo como primeros La historia interminable de Michael Ende y Cumbres borrascosas de Emily Brönte.

¿Cuál fue el último libro que leíste?

El océano al final del camino, de Neil Gaiman

¿Qué libro no pudiste terminar de leer?

Siempre termino los libros porque soy obsesiva. Aunque no me gusten tengo que llegar al final. Todavía no pude terminar de leer En busca del tiempo perdido, de Proust, pero es cuestión de tiempo.

¿Qué te gustaría hacer que no tenga que ver con la literatura?

Escribir canciones. Cantar. Tener una banda.

¿Qué título le pondrías a tu autobiografía?

De todo lo que vi recuerdo la mitad –es un título robado al libro de un cronista argentino, Mariano Ludueña, que retrata el under rockero argentino de los noventa.

¿Qué harías con un Gregorio Samsa en tu familia?

Lo mataría, detesto las cucarachas.

¿A qué escritor resucitarías y para qué?

A Rimbaud, para que sea mi novio. A las Brönte, para que sean mis amigas.

¿A qué personaje literario te gustaría tener como amigo?

A las hermanas Font, de Los detectives salvajes. A Molina, de El beso de la mujer araña. Y a Gandalf y el vampiro Lestat, por supuesto.

¿Cuál sería el soundtrack ideal para el fin del mundo?

Abbatoir Blues, de Nick Cave & The Bad Seeds, especialmente la canción “Get Ready For Love”.

¿Quién es el autor más sobrevalorado? ¿Y el olvidado injustamente?

Más sobrevalorado, Thomas Pynchon; y en español, César Aira. Y estas dos no sé si están “olvidadas” pero sí son muchos menos reconocidas de lo que deberían: Josefina Vicens y Katherine Anne Porter.

Si la supervivencia de la literatura dependiese, como en Fahrenheit 451, de memorizar un libro, ¿cuál sería y por qué?

Una temporada en el infierno, de Rimbaud. Porque es el libro de poesía más vehemente, más hermoso, el de las palabras en llamas; un libro inolvidable.

¿Cuál ha sido tu peor trabajo?

Escribir guiones para documentales de un canal de cable especializado en agricultura.

¿Cuál es tu secreto peor guardado?

Me gusta mucho Take That.

¿Qué animal te gustaría ser? ¿por qué?

Un gato. Porque son muy hermosos y perezosos.

¿Qué cantas en la ducha?

No canto en la ducha; no entiendo por qué canta la gente en la ducha, a mí me entra agua en la boca y me ahogo.

Estás a punto de morir, escribe tu último tuit:

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(*) Mariana Enríquez | Argentina, 1973 | Nació en la ciudad de Buenos Aires y es Licenciada en Comunicación Social (Universidad Nacional de La Plata) y periodista. Ha escrito en los suplementos Radar, RadarLibros y Las 12 del diario Página/12 y en la revista TXT. Su primera novela, Bajar es lo peor, fue publicada en 1994. También es autora del libro Cómo desaparecer completamente (Emecé, 2004).

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