Leonardo Valencia: «Me recomendaron dejar de cantar en la ducha»

POR: MIGUEL MUÑOZ.

Volvieron las #MataPreguntas, esta vez de la mano de Leonardo Valencia (Guayaquil, 1969). Autor de las novelas El desterrado (2000), El libro flotante de Caytran Dölphin (2006), Kazbek (2008), del volumen de relatos progresivo La luna nómada (2011), entre otros libros. Fue seleccionado por el Hay Festival de Bogotá 39 como uno de los autores más destacados de la reciente literatura latinoamericana. Actualmente reside en Barcelona.

¿Cuál es el primer libro que recuerdas haber leído?
La piel de zapa, de Balzac. No tenía idea de quién era Balzac y me importaba menos saberlo que el asunto asombroso de esa piel que se iba reduciendo porque el protagonista pide más y más deseos. Recordar esa novela me da escalofrío. Tengo que volver a leerla. Pero tampoco me hagas mucho caso, siempre miento con lo del primer libro leído.
¿Qué libro no pudiste terminar de leer?
La Divina Comedia, de Dante. Me faltan los últimos cantos del Paraíso. Por llevar la contra tengo la inexplicable e inútil manía de coleccionar traducciones de la Divina Comedia. La que más me gusta es la japonesa. 
¿Quién debería ser el próximo Nobel?
Adonis, el poeta sirio-libanés autor del Libro de las huidas y mudanzas por los climas del día y la noche.
¿Qué título le pondrías a tu autobiografía?
Tengo el epígrafe: «Nada me retuvo. Me liberé y fui».
Si fueras un libro, ¿cómo te gustaría ser leído?
Varias veces, con las esquinas dobladas por arriba y por abajo, subrayado. Sobre todo subrayado. Cuando esté muerto será como sentir cosquillas.
¿A qué escritor resucitarías? ¿Y para qué?
Resucitaría a Roberto Bolaño solo para ver cómo mandaba al carajo todo el circo que han montado. También para saber qué le faltaba a 2666 para estar terminada.
¿Con qué personaje literario te gustaría tener un affaire?
Con Ellen Olenska, de Edith Wharton, y con Ada, de Nabokov. En literatura ecuatoriana, con la Tigra, de José de la Cuadra. 
¿Qué libro te han prestado y no has devuelto?
La primera edición al español de Ferdydurke, de Gombrowicz.
¿Quién es el autor más sobrevalorado? ¿Y el olvidado injustamente?
Me interesa el olvidado injustamente: Claude Simon.
Si la supervivencia de la literatura depende, como en Fahrenheit 451, de memorizar un libro, ¿cuál sería, por qué?
El Quijote. Por demasiadas razones que no puedo resumir en esta entrevista pero haré el intento: por la libertad en estado puro al escribir novela, por la bondad ciega y la ternura de don Quijote, por las ganas de fastidiar de Sancho, por la bondad de ojos abiertos de Sancho, por el humor que siempre me ha parecido involuntario en Cervantes, por la capacidad para pensarse a sí mismo que tienen sus dos protagonistas a medida que van a hacer algo o acaban de hacerlo, porque nunca me he reído tanto con un libro que leí más bien tarde, porque Cervantes quería ser poeta y era novelista. Y no sigo porque lo mejor es leer la novela. Y ya que estamos, soy de los fans de la segunda parte del Quijote, más que de la primera.
¿Cuál ha sido tu peor trabajo?
Todos. Entiendo por trabajo algo que no tenga que ver con escribir literatura.
¿Cuál es tu secreto peor guardado?
Que no vivo de la literatura.
¿Qué opinión te generan los gimnasios?
Si tienen jacuzzi y baño turco no hay problema.

¿Qué cantas en la ducha?
Me recomendaron elegantemente dejar de hacerlo.

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